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Yugoslavia ’87: La verdadera generacion dorada - Parte 1
Mucha gente habla de generaciones doradas de jóvenes. A menos que estén hablando de los jovenes yugoslavos de los años 80, por favor tomar con una pizca de sal. En pocas palabras, nunca ha habido un grupo de esa edad como la que ganó el Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA en Chile en 1987.
Las estadísticas cuentan una parte de la historia. Pero por el lado de la Selección de Yugoslavia aún siguen siendo los más goleadores en la historia de los campeonatos mundiales juveniles. Anotaron 12 goles en los 3 partidos de la fase de grupos, jugando un fútbol excitante y dinámico que deslumbró a toda la competencia. El hecho más palpable y notorio de todo esto es que la Federación Yugoslava de Fútbol sólo envió el equipo a Chile para cumplir con las obligaciones de la FIFA – futuras estrellas como Alen Boksic, Vladimir Jugovic y Sinisa Mihajlovic se les sugirió que se quedaran mejor en casa, con la creencia de que la Liga de fútbol de Yugoslava les ayudaría mejor a su progresión como futbolistas que un mundial juvenil. El Estrella Roja de Belgrado hasta intento que Robert Prosinecki jugara un partido para la copa de la UEFA durante el torneo juvenil. Afortunadamente a Prosinecki se le permitió quedarse después de la intervención de la FIFA y los jóvenes que se subieron al avión demostraron estar más que preparados para el desafío.
El fútbol juvenil es conocido por presentar al talento joven y prometedor de cada país asi como a aquellos que terminan por pasar sin pena ni gloria. Muchos de los equipos juveniles tuvieron jugadores que desaparecieron sin dejar rastro en el mundo del futbol. 18 jugadores fueron convocados por Brasil donde 4 de ellos se perfilaban a convertirse en jugadores internacionales de la selección absoluta, entre ellos el portero Ronaldo que recibió solo un gol en la fase de grupos. La escuadra de Alemania Occidental por ejemplo tenia a 3 futuros internacionales. El equipo italiano tenía solo un jugador como futurible para la selección absoluta azzurra, Alessandro Melli quien anotó 2 Goles en la fase de grupos. En contraste, del gran equipo yugoslavo, sólo Zoran Mijucic quien hizo parte de la alineación yugoslava en las semifinales no llegó a tener el honor de ser internacional, el resto casi todos iban a dejar una marca indeleble en el mundo del futbol:
Zvonimir Boban
La leyenda croata era una parte vital del éxito del equipo en Chile. Él anotó el primer gol del torneo contra los anfitriones y terminó anotando el gol de Yugoslavia en la final ante Alemania Occidental en el tiempo reglamentario antes de ir a la tanda de penales donde también anotaría el penal que les daría la victoria. Entre tanto Boban era una pieza importante para el equipo en todo momento, durante los 6 juegos que disputo Yugoslavia. Su talento se confirmó con su debut internacional en la selección absoluta al año siguiente. Tristemente, Boban se perdería la oportunidad de aparecer en la Copa Mundial de 1990 cuando se encontró envuelto en los tristes incidentes acaecidos antes del comienzo de la guerra de Yugoslavia, mucho se ha dicho que fue el catalizador para la escalada de violencia que se desarrolló en los Balcanes, "Ahí estaba yo, una cara pública preparada para arriesgar mi vida, mi carrera, todo lo que la fama puede comprar, todo por un ideal, por una causa: la causa croata" – Zvonimir Boban, tras agredir a un policía en un partido que enfrentaba al Estrella Roja y el Dínamo de Zagreb el 13 de mayo de 1990. Para Boban, tras un memorable éxito en Liga de Campeones con el AC Milán en 1994, esto no iba a ser tan glorioso como haber sido capitán de aquella Selección Croata que llegaría a ser tercera en el Mundial de Francia en 1998.
Robert Prosinecki
La estrella indiscutible del torneo, Prosinecki se llevó la medalla de los ganadores y el premio Balón de Oro al mejor jugador del torneo a pesar de haber sido suspendido para disputar la final. Su suntuosa ejecución de tiro libre frente a Brasil en los últimos minutos de partido para ganar el partido es quizá lo más destacado, pero no fue lo único. La FIFA cita que "entre sus muchos talentos, fue su brillante visión lo que le hizo ganar la mayoría de los aplausos - casi una segunda vista, la entrega de chances de gol en bandeja de oro a sus compañeros de adelante. Tanto Prosinecki, como Boban, se decía que iban a pasar como las nubes de verano, sin embargo el primero pasaría a jugar tanto en el Real Madrid como para el Barcelona, aunque su etapa tanto en el equipo blanco como en el Barcelona se vio marcada por las lesiones. También participó en la Copa del Mundo de 1990 con Yugoslavia donde anotaría un gol en la fase de grupos ante los Emiratos Arabes Unidos, y se convertiría en el único jugador en las Copas del Mundo que ha anotado goles para dos equipos diferentes ya que lo volvió a hacer esta vez jugando para Croacia en la Copa Mundial de Francia 1998.
Davor Suker
El delantero croata fue la máquina de hacer goles del equipo, marcando en 6 oportunidades en 5 partidos (5 goles en 2 partidos de la fase de grupos). Su gol más importante fue en la victoria contra la Alemania Oriental en la semifinal, además que se las arregló para convertir su penalti en la tanda de penales de la final versus la otra Alemania (Occidental). El progreso de Suker no fue tan rápido como el de Boban y Prosinecki, sin embargo, se las arregló para tener lugar en el equipo Yugoslavo que disputo la Copa Mundial de 1990, aunque estuvo en el banquillo nunca llegó a ser utilizado. No obstante él fue capaz de compensar este ligero fracaso al afirmarse como Bota de Oro en Francia 98. Suker también disfrutó de una carrera bastante productiva para los clubes donde jugó como el Sevilla y el Real Madrid, donde obtuvo su mayor tope como futbolista, en el Real Madrid cuenta con un registro goleador de alrededor de un gol cada dos partidos es decir 0.52 goles por partido. Sus registros con la selección de Croacia es aún más impresionante, terminando con 45 goles en 69 apariciones un promedio de 0.65 goles por encuentro.
Mucha gente habla de generaciones doradas de jóvenes. A menos que estén hablando de los jovenes yugoslavos de los años 80, por favor tomar con una pizca de sal. En pocas palabras, nunca ha habido un grupo de esa edad como la que ganó el Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA en Chile en 1987.
Las estadísticas cuentan una parte de la historia. Pero por el lado de la Selección de Yugoslavia aún siguen siendo los más goleadores en la historia de los campeonatos mundiales juveniles. Anotaron 12 goles en los 3 partidos de la fase de grupos, jugando un fútbol excitante y dinámico que deslumbró a toda la competencia. El hecho más palpable y notorio de todo esto es que la Federación Yugoslava de Fútbol sólo envió el equipo a Chile para cumplir con las obligaciones de la FIFA – futuras estrellas como Alen Boksic, Vladimir Jugovic y Sinisa Mihajlovic se les sugirió que se quedaran mejor en casa, con la creencia de que la Liga de fútbol de Yugoslava les ayudaría mejor a su progresión como futbolistas que un mundial juvenil. El Estrella Roja de Belgrado hasta intento que Robert Prosinecki jugara un partido para la copa de la UEFA durante el torneo juvenil. Afortunadamente a Prosinecki se le permitió quedarse después de la intervención de la FIFA y los jóvenes que se subieron al avión demostraron estar más que preparados para el desafío.
El fútbol juvenil es conocido por presentar al talento joven y prometedor de cada país asi como a aquellos que terminan por pasar sin pena ni gloria. Muchos de los equipos juveniles tuvieron jugadores que desaparecieron sin dejar rastro en el mundo del futbol. 18 jugadores fueron convocados por Brasil donde 4 de ellos se perfilaban a convertirse en jugadores internacionales de la selección absoluta, entre ellos el portero Ronaldo que recibió solo un gol en la fase de grupos. La escuadra de Alemania Occidental por ejemplo tenia a 3 futuros internacionales. El equipo italiano tenía solo un jugador como futurible para la selección absoluta azzurra, Alessandro Melli quien anotó 2 Goles en la fase de grupos. En contraste, del gran equipo yugoslavo, sólo Zoran Mijucic quien hizo parte de la alineación yugoslava en las semifinales no llegó a tener el honor de ser internacional, el resto casi todos iban a dejar una marca indeleble en el mundo del futbol:
Zvonimir Boban
La leyenda croata era una parte vital del éxito del equipo en Chile. Él anotó el primer gol del torneo contra los anfitriones y terminó anotando el gol de Yugoslavia en la final ante Alemania Occidental en el tiempo reglamentario antes de ir a la tanda de penales donde también anotaría el penal que les daría la victoria. Entre tanto Boban era una pieza importante para el equipo en todo momento, durante los 6 juegos que disputo Yugoslavia. Su talento se confirmó con su debut internacional en la selección absoluta al año siguiente. Tristemente, Boban se perdería la oportunidad de aparecer en la Copa Mundial de 1990 cuando se encontró envuelto en los tristes incidentes acaecidos antes del comienzo de la guerra de Yugoslavia, mucho se ha dicho que fue el catalizador para la escalada de violencia que se desarrolló en los Balcanes, "Ahí estaba yo, una cara pública preparada para arriesgar mi vida, mi carrera, todo lo que la fama puede comprar, todo por un ideal, por una causa: la causa croata" – Zvonimir Boban, tras agredir a un policía en un partido que enfrentaba al Estrella Roja y el Dínamo de Zagreb el 13 de mayo de 1990. Para Boban, tras un memorable éxito en Liga de Campeones con el AC Milán en 1994, esto no iba a ser tan glorioso como haber sido capitán de aquella Selección Croata que llegaría a ser tercera en el Mundial de Francia en 1998.
Robert Prosinecki
La estrella indiscutible del torneo, Prosinecki se llevó la medalla de los ganadores y el premio Balón de Oro al mejor jugador del torneo a pesar de haber sido suspendido para disputar la final. Su suntuosa ejecución de tiro libre frente a Brasil en los últimos minutos de partido para ganar el partido es quizá lo más destacado, pero no fue lo único. La FIFA cita que "entre sus muchos talentos, fue su brillante visión lo que le hizo ganar la mayoría de los aplausos - casi una segunda vista, la entrega de chances de gol en bandeja de oro a sus compañeros de adelante. Tanto Prosinecki, como Boban, se decía que iban a pasar como las nubes de verano, sin embargo el primero pasaría a jugar tanto en el Real Madrid como para el Barcelona, aunque su etapa tanto en el equipo blanco como en el Barcelona se vio marcada por las lesiones. También participó en la Copa del Mundo de 1990 con Yugoslavia donde anotaría un gol en la fase de grupos ante los Emiratos Arabes Unidos, y se convertiría en el único jugador en las Copas del Mundo que ha anotado goles para dos equipos diferentes ya que lo volvió a hacer esta vez jugando para Croacia en la Copa Mundial de Francia 1998.
Davor Suker
El delantero croata fue la máquina de hacer goles del equipo, marcando en 6 oportunidades en 5 partidos (5 goles en 2 partidos de la fase de grupos). Su gol más importante fue en la victoria contra la Alemania Oriental en la semifinal, además que se las arregló para convertir su penalti en la tanda de penales de la final versus la otra Alemania (Occidental). El progreso de Suker no fue tan rápido como el de Boban y Prosinecki, sin embargo, se las arregló para tener lugar en el equipo Yugoslavo que disputo la Copa Mundial de 1990, aunque estuvo en el banquillo nunca llegó a ser utilizado. No obstante él fue capaz de compensar este ligero fracaso al afirmarse como Bota de Oro en Francia 98. Suker también disfrutó de una carrera bastante productiva para los clubes donde jugó como el Sevilla y el Real Madrid, donde obtuvo su mayor tope como futbolista, en el Real Madrid cuenta con un registro goleador de alrededor de un gol cada dos partidos es decir 0.52 goles por partido. Sus registros con la selección de Croacia es aún más impresionante, terminando con 45 goles en 69 apariciones un promedio de 0.65 goles por encuentro.