Una muerte nunca aclarada

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La muerte de Benítez causó tal trastorno, tal impresión, provocó un estado de shock tan grande en el barcelonismo, que la sensación de que muchas cosas no cuadraban no apareció hasta pasados bastantes días del suceso.

Básicamente he tomado notas de una entrevista a su viuda 40 años después del fallecimiento de Benítez que le realizó Enric Bañeres para La Vanguardia el 5 de Abril del 2008 y del nº 158 de la “Revista Barcelonista” correspondiente al 9 de Abril de 1968 para establecer un orden cronológico de los hechos.

También he consultado la hemeroteca de El Mundo Deportivo y dos ejemplares del diario deportivo “Dicen ...” correspondientes a los números 988 y 989 de los días 8 y 9 de Abril de 1968 y el nº 647 de la revista “Barça” del 10/4/1968.

Julio César Benítez Amoedo (Montevideo, 1/10/1940) inicia su carrera en 1955, con 15 años, en el Racing Club de Montevideo y la prolonga hasta 1959. En 1958 se proclama campeón con el Racing de la serie B y campeón en el sudamericano con la selección uruguaya sub 20.

A Benítez lo descubre Jose Luis Saso, que fue portero del Atlético de Madrid y del Real Valladolid en una excursión, ya como técnico del Pucela, a Sudamérica buscando talentos, conocida como “Operación Saso”, en el verano de 1959 y se lo trae junto con el también uruguayo, Endériz y los argentinos, Solé, Bagneres y Aramendi.

Saso contaba así su fichaje en el desaparecido diario "Dícen...": "No tenía previsto traérmelo. Pero tras verle jugar en un Racing-Liverpool decidí romper el presupuesto y formulé una oferta a ciegas, sin saber si podríamos pagarla. Pero Benítez era negocio seguro. Por 300.000 pesetas, unos 5.000 dólares de entonces, los directivos uruguayos aceptaron el traspaso. Y con 18 años, Benítez llegó a España".

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César Rodríguez y Benítez.


No se equivocaba Saso: juega la temporada 1959-60 en el Valladolid y la 1960-61 en el Zaragoza a cambio de 3 millones de pesetas, que a su vez lo vende al Barça por la ya respetable cantidad de 9 millones.

Y llega al club blaugrana en el verano de 1961. Si bien se inicia como delantero, su evolución lo lleva al lateral derecho de la defensa donde muestra técnica, potencia, llegada, un disparo demoledor ... y un carácter complicado.

De todas formas, como escribió Julián Mir en la Historia del CF Barcelona de 1971: “... en lo deportivo, nunca llegaría a dar la exacta medida de lo que prometía como jugador excepcional.” Y es cierto: su temperamento le jugó muchas veces, malas pasadas y sus problemas con los contrarios, con el público (Nou Camp incluido) y los árbitros, abundaron.

César Rodríguez, un mito del barcelonismo, uno de sus padres deportivos y su entrenador en el Zaragoza (1960-61) y en el Barça (1963-64 y 1964-65) declaró: “... la gente no ve, que en el fondo, es un niño”.

Debuta el 3 de Septiembre de 1961 en la primera jornada del Campeonato de Liga en el Nou Camp frente al Sevilla y aquél día el Barça gana por 3-2 y forma con: Pesudo; Foncho, Rodri, Gracia, Benítez, Gensana, Zaldúa, Evaristo, Eulogio Martínez, Kocsis y Villaverde.

Benítez juega su último partido el 24 de Marzo de 1968 en el viejo Pasarón y el Pontevedra gana al Barça por 1-0. Sadurní; Benítez, Torrent, Eladio, Torres, Gallego, Zaldúa, Zabalza, Mendonça, Fusté y Rifé.

238 partidos oficiales con el FCB. 19 goles.

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El domingo 30 de Marzo de 1968, aprovechando que esa semana no había Liga a causa del encuentro en Wembley entre Inglaterra y España correspondiente a la Eurocopa (3/4/1968), el matrimonio Benítez junto con los propietarios del Hotel Vallvidrera, se acercaron a Andorra y se alojan en el Park Hotel donde come verdura y carne, como su viuda, Pilar Ruiz, recalca en la entrevista. Por la noche nota picores en el costado y en la espalda.

El lunes 1 de Abril y ya en Barcelona, Benítez no se encuentra bien. El médico de urgencias le receta unas pastillas y recomienda una visita al especialista. Parece una urticaria, pero no lo era. Le salía por debajo de las axilas y le molestaba mucho con el calor.

El martes 2 parece reponerse y se fue a entrenar. Se marea y el médico del Barça, Antonio Altisench le dio unas pastillas antialergicas. En su domicilio, su mujer le hace unas friegas con agua y vinagre y le aplica polvos de talco. Se encuentra mejor.

El miércoles 3 vuelve a entrenar y de nuevo aparecen los mareos. El doctor Altisench le aplica una inyección para la alergia que le provoca una reacción espantosa. Su doctor particular, José Baxarías, opina que no es una urticaria: es una púrpura (infección que destruye las plaquetas del cuerpo). Su viuda recuerda que el cuerpo de Benítez crujía como si estuviera envuelto en papel de celofán. Delira.

El jueves 4, su mujer llama al club pero solo la intervención del jugador del FCB Jesús Pereda que habla con su suegro, el doctor Jorge Soler Cabot, vinculado al club, hace que aparezcan por el domicilio de Benítez los directivos Montal y Azorín. La presión le desciende a 4 y los que están con él creían que se moría. Parece reponerse de nuevo. Increíblemente, la noticia no trasciende a los medios.

El viernes 5 el vicepresidente del Barça y presidente de la comisión deportiva, Miguel Sabaté tiene conocimiento del grave estado del jugador vía Soler Cabot, se persona en casa del futbolista junto con el doctor Alcántara. Benítez, en sus últimos momentos de lucidez habla y bromea con Rodri, Gallego (que vivía en el piso superior), con Miguel Reina y con Pereda (1). A las diez de la noche, empeora. A las dos de la mañana del sábado la presión está a 3. Se le administran los últimos sacramentos. A las cinco y media se decide su traslado al Hospital de La Cruz Roja. El presidente, Narciso De Carreras, que se encuentra en Gerona, aún no sabe nada de todo esto. Increíble.

(1) Rodri ya ex jugador, los otros, compañeros de Benítez en el Barça.

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José Baxarías comunica a la mujer de Benítez la inutilidad del hecho: “...no hacemos nada con sacar a Julio porque ya está muerto”. El doctor Tormos Solano, también presente, sentencia: “... su marido tiene un envenenamiento tan atroz, que no tiene salvación, pero si se puede hacer algo es en el Hospital de la Cruz Roja, el banco mas importante de sangre”.

Envenenamiento.

El jugador no puede ser bajado en camilla al no permitirlo la estrechez de la escalera. Fue introducido en el ascensor sentado en una silla. Soler Cabot comento: “... viéndolo, estaba convencido que no llegaría con vida al hospital”.

El sábado 6 la noticia al fin salta a los medios. Cuesta creerlo. ¿Cómo es posible que el club no la haya puesto mucho antes en conocimiento de todos los medios informativos?

Y es que por ejemplo, El Mundo Deportivo en su edición de ese mismo sábado, publica una entrevista con el entrenador Artigas ya en vísperas de un Barça-Madrid en el Nou Camp absolutamente decisivo para la resolución de la Liga en la que el míster comenta el estado de Benítez: “ ... está en cama con 40 de fiebre. Tiene una infección muy fuerte.” Y cuando le preguntan por los motivos contesta: “... algún manjar en mal estado, el agua ... ¡vaya usted a saber ! ...”

A primera hora de la mañana, Gallego y Reina se personan en el hospital donde les comunican el estado desesperado de Benítez. Acuden al Nou Camp y lo relatan al entrenador y a sus compañeros. Poco antes de la una, todos se personan en el hospital pero solo Angel Mur (2), autorizado por los médicos, puede verle.

(2) Angel Mur Navarro, masajista y una institución en el FC Barcelona donde desarrolló su trabajo durante mas de cuarenta años, dando el relevo a su hijo, Angel Mur Ferrer, en 1973.

A todo esto, ya por la tarde, en el Hospital de La Cruz Roja se encuentran entre otros, el ex presidente Enrique Llaudet, el directivo Pedro Baret, Nicolás Casaus, los ex jugadores Rodri, Vergés, Gracia y César Rodríguez y sus compañeros de equipo, Vidal y Fernández que son los primeros en conocer el aterrador parte médico que habla de “ ... una intoxicación aguda que le ha afectado todas sus vísceras. Su salvación depende de lograr el restablecimiento de la función renal “.

Aparece por primera vez la teoría que posteriormente sería la oficial: una intoxicación provocada por unos mejillones en mal estado que comió en Andorra el domingo. Solo que según su viuda, eso no era cierto.

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Benítez deja de existir poco después de las tres y media de la tarde del sábado 6 de Abril de 1968.

El doctor Baxarías comenta que “... a la hora de poner en marcha el cuadro clínico, la reacción orgánica ha sido casi nula. Se ha hecho todo cuando se ha podido desde el punto de vista médico. Se ha tratado con rapidez y a fondo la dolencia que presentaba, pero ha podido haber algo mas. No hay que descartar la posibilidad de que la hepatitis que padeció Benítez hace unos años dejara una secuela y que él, confesara estar curado, cuando posiblemente no lo estaba del todo. La realidad es que su defensa orgánica en este tratamiento al que ha sido sometido ha sido, como he dicho, casi nula.”

Lo cierto es que Benítez pasó no por una, sino por dos hepatitis. Según su viuda, “... se las contagiaron. Una se la contagió Fernando Goywaerts. Cuando enfermó solo fueron a verlo de la plantilla Julio y Cubilla”.

Un Angel Mur, deshecho por el desenlace declaraba: “... hace cuatro años tuvo que guardar una larga convalecencia de casi tres meses a causa de una hepatitis. Estuvo muy delicado pero consiguió reponerse. Su fuerte naturaleza y su optimismo le hacían pensar que era algo sin importancia. A veces se olvidaba del régimen que le habían aconsejado los médicos y entonces, era cuestión de hacerle reflexionar. ¡Mas de un sermón le había dado yo! Era un hombre de 27 años pero tenía cosas de un chiquillo de 14”.

Para el doctor Tormos Solano, Benítez era “...un gran chasis en un motor muy gastado”. Fue un pésimo paciente en sus dos hepatitis lo que desembocó en fuertes discusiones entre su viuda y el otro doctor que lo trataba, el doctor Eduardo Alcántara, hijo del mítico ex futbolista del Barça, Paulino Alcántara Riestra, también médico.

Personas que convivieron con el futbolista recuerdan que era capaz de comerse 12 canelones de una sentada y otras certifican haberle visto vaciar una botella entera de whisky antes de meterlo en un taxi en las peores condiciones del mundo, aunque su viuda asegurara 40 años después que “... nunca le vi borracho y que solo alguna vez bebía un cubalibre como mucho ...”

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En El Blog de Diego Valor del 31/3/2008 (un pseudónimo bajo el que se oculta un periodista de aquella época) se puede leer:

“... Todavía no he leído íntegro el libro "Ara parlo yo" (Ahora hablo yo) que ha escrito Carles Rexach sobre su larga vida barcelonista. Pero entre las páginas leídas, salen a relucir los nombres de dos ex compañeros suyos. Uno vivo (Sotil) y otro muerto (Benítez) de los que no hace mucho les hablé al referirme a la vida bohemia de algunos futbolistas. Rexach explica el impacto que supuso la muerte de aquel extraordinario ídolo uruguayo que fue Julio César Benítez y rechaza la versión oficial que se dio en su muerte: por ingerir unos mejillones en mal estado. Así lo dijo el club, y así lo publicó la prensa, la radio y la televisión de la época. Benítez murió con el hígado destrozado de tanto beber. Acudió a entrenar un miércoles (el domingo jugaban ante el Real Madrid) pero ya no pudo entrenar. No tenía fuerzas para hacerlo. Yo estaba aquel día allí. Entonces, a los entrenamientos, íbamos cuatro y el gato. Esa mañana, todos sus compañeros lo vieron fatal. Menos un directivo que allí estaba y me reservo su nombre. "Va, no es nada. Es lo de siempre". El médico del club le dio una inyección de no sé qué... y acabaron trasladándolo urgentemente al Hospital de la Cruz Roja. De allí, ya no salió. No explicaron los servicios médicos qué tipo de inyección le habían aplicado, ni la directiva quiso aclarar nunca su muerte”.

El capitán del Barça de aquella época, José Antonio Zaldúa, en El Periódico del 6/4/2013, 45 años después, coincide tanto con Rexach como con Diego Valor : “Ni envenenamientos, ni mejillones. Todos sabíamos que Benítez tenía el hígado muy mal. Con lo grandote y buena persona que era, no se cuidaba nada. Estaba sin defensas”.

Con Benítez ya muerto, el doctor Baxarías le practicó una biopsia cuyos resultados nunca se conocieron. Esa biopsiaasegura Pilar Ruiz- guarda el secreto de la muerte de Julio”.

Tampoco se le hizo la autopsia. El periódico Tele-Exprés, en su edición del 26/4/1968, publicaba una escueta nota casi tres semanas después de la muerte del futbolista. Decía “Se desmiente que vaya a ser exhumado el cuerpo de Benítez para esclarecer las causas de su muerte. No habrá investigación”. Su viuda pensó en hacérsela años mas tarde, pero le dijeron que le iba a costar muchos trámites y un dinero que no tenía.

Y la madre de Benítez, llegada desde Montevideo, lloraba su desconsuelo en el Hotel Condado de la calle Aribau, según relata Diego Valor en su blog el 6/4/2008, preguntando una y mil veces: “...¿Qué ha pasado con mi hijo? Ni los médicos, ni los directivos me saben dar una explicación ... cada uno me cuenta una cosa diferente ...”

Las relaciones entre la familia de Benítez y Pilar Ruiz Peces eran nulas. El futbolista la conoció en Zaragoza en 1960 cuando tenía 19 años y necesitaba el permiso de sus padres para casarse porque era menor de edad (entonces la mayoría de edad se adquiría a los 21 años), un permiso que nunca le dieron. Pilar Ruiz era seis años mayor que él y trabajaba de bailarina en un cabaret.

En aquella época, Julio César Benítez y su mujer vivieron en pecado hasta que se casaron y la directiva del Barça tardó en saberlo. Enrique Llaudet, el presidente, pidió informes de Pilar Ruiz a Zaragoza y finalmente fue el padrino de la boda que se llevó a cabo en Barcelona.

Ella recuerda con amargura: “... Julio se sentía discriminado y tenía poco contacto con sus compañeros fuera del campo. Las mujeres de los otros tampoco se sentaban nunca a mi lado, ni en el campo ni en ningún acto. Yo estaba mal visto por ellas ...”

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El domingo 7 de Abril de 1968 se instala la Capilla Ardiente en el Nou Camp y el barcelonismo, completamente anonadado, se despide de su jugador. La desesperación de la madre de Benítez parte el alma a todos los presentes. Se calcula en 100.000 personas las que desfilan por delante de su cuerpo. El sepelio es multitudinario y el féretro es llevado por los jugadores del primer equipo hasta el cementerio de Las Corts, donde descansa para siempre.

Y los días corren y las leyendas urbanas empiezan a desatarse. Cuesta mucho aceptar la versión oficial. De hecho, ya pocos creen que Benítez fallece a causa de una intoxicación provocada por unos malditos mejillones en mal estado. Y empieza el run-run. Su viuda se lamenta de que llegó a decirse “... que yo le había envenenado dándole cianuro poco a poco ... ¿cómo iba yo a matar a la gallina de los huevos de oro? ... “

Se habló de la reacción violenta de un concejal del Ayuntamiento de Barcelona en pleno ataque de cuernos.

O que fue el mismo Benítez el que se administró por las bravas la fatal inyección que lo proyectó directamente al Hospital de La Cruz Roja.

El mismísimo NODO (Noticieros y Documentales Cinematográficos) de la época, habla de muerte por causas indeterminadas.

Seguramente, Julio César Benítez murió -como afirma Diego Valor en su blog-, con el hígado absolutamente deshecho a causa de la acumulación de un montón de excesos, algo que el Barça intentó a toda costa ocultar, envolviéndolo en la teoría de la intoxicación alimentaria. Algunas afirmaciones de Pilar Ruiz, no se sostienen. Pero alguno de los síntomas previos al fatal desenlace, tampoco.

El decisivo partido Barça-Madrid se aplazó hasta el martes 9 de Abril. Acaba con empate a uno en medio de un extraño ambiente en el que nadie parece estar emocionalmente estabilizado, ni siquiera el Madrid. Zaldúa abre el marcador a los 12 minutos y el gol casi ni se celebra. Pirri empata, la Liga se escapa y lo que es peor, Benítez nunca mas volverá a correr por la banda derecha con el 2 en la espalda. Solo tenía 27 años ...

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El vicepresidente del Madrid, Muñoz Lusarreta y el presidente del Barça, Narciso De Carreras firmando el aplazamiento del partido.

La historia riza el rizo y el misterio revive cuando ocho años después, en el verano de 1976, el futbolista también uruguayo, también procedente del Real Valladolid y también lateral solo que en la banda izquierda, Alfredo Amarillo Kechichian, firma su contrato con el FC Barcelona.

Conoció inmediatamente la historia de su compatriota y comenzó a visitar su tumba para dejarle flores. Sus visitas se fueron haciendo cada vez mas frecuentes y poco después afirmaba que Benítez le hablaba desde el mas allá, que incluso se reencarnaba en su mujer, que le hablaba con su voz y que le afirmaba en aquellas conversaciones de ultratumba que había sido envenenado.

Amarillo abandonó el Barça en el verano de 1978. Cuando con tan solo 29 años en 1982 finalizó su carrera futbolística y regresó a Uruguay, se supo que había sido internado en un sanatorio psiquiátrico de Montevideo, según el libro “De puertas adentro” (2012) del periodista Luis Lainz, una recopilación de 113 historias sobre los 113 años de vida que el FC Barcelona cumplía aquél año.

Esto último, lo escribo con todas las reservas, unas reservas que también aplico a que según El Periódico (6/4/2013), los restos de Benítez que reposaban en el departamento 5.098 del Cementerio de Las Corts, desde el que se divisaba el Nou Camp, fueron trasladados por un supuesto familiar a otro destino aproximadamente un año atrás (2012).

En conjunto, después de tantos años todo sigue siendo una incógnita y el principal responsable fue el FC Barcelona que originó una teoría que no se sostenía por ninguna parte y que a su vez, dio pie a que la calle creara las suyas.

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Juan José Castillo, en El Mundo Deportivo (8/4/1968):

“La muerte siempre espera agazapada, aunque intentemos ignorarla. De ahí el mazazo brutal, terrible, que ha representado la escueta noticia que desde la Clínica de la Cruz Roja recibíamos. Todo parecía irreal, increíble”.

“Estamos pues, en la oración fúnebre, que esta vez no suena a algo artificial, protocolario. Es la oración por el alma de un niño. Porque Benítez era solo eso; un niño grande, desprendido, generoso, cordial y amable, como pocos jugadores hemos conocido”.

“El gran público y, sobre todo, esa legión de seguidores azulgrana le había perdonado el último de sus feos gestos o reacciones, precisamente porque había calado en la mentalidad, un poco primaria pero no por ello tanto mas pura de ese futbolista de veintisiete años que un día nos llegó a España”.

“Ahora que ha entrado en la leyenda de los que se fueron, su recuerdo nos emociona. Precisamente porque siempre le vimos no como un jugador con virtudes y defectos, no como un artista soberbio o como un táctico anárquico, no como un gran as deportivo, ni como un individualista feroz, sino, y por encima de todo, como un gran niño”.

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10/11/13

Impresionante recopilación periodística de la historia de Benítez

Yo conocí, como aficionado, a Benítez formando defensa de tres (por aquel entonces aún se estilaban las defensas de tres) con el gran Gallego y Eladio.

Benítez era ante todo un jugador anárquico (el actual Alves recuerda un poco lo que fue Benítez), pero muy buen defensa (a diferencia de Alves). Paco Gento, aquel purísimo extremo del Madrid, declararía que fue el defensa que mejor le defendió y sin necesidad de brusquedades.

La muerte de Benítez me dejó anonadado por lo sorpresiva de la misma. No hubo casi información previa. Se dijo que causaba baja ante el Madrid lo que era motivo de preocupación deportiva ante la transcendencia del choque y como las gastaba el mencionado Gento.

Pero el partido no se jugó en su día. Emocionalmente nadie, ni el propio Madrid, estaban en condiciones de jugarlo. Gento lloró amargamente la desaparición de su más digno rival.

Recuerdo que oficialmente se culpó a esos mejillones en mal estado. Y así se quedó la cosa.

Ahora, con todo lo leído en este artículo de Villa....¿será posible que fuera envenenado intencionadamente? ¿o realmente tenía el hígado hecho polvo? Si sufrió dos hepatitis es razonable creer que tarde o temprano le pasara factura.

Enhorabuena Villa por tan buen aporte.
 

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Impresionante recopilación periodística de la historia de Benítez

Yo conocí, como aficionado, a Benítez formando defensa de tres (por aquel entonces aún se estilaban las defensas de tres) con el gran Gallego y Eladio.

Benítez era ante todo un jugador anárquico (el actual Alves recuerda un poco lo que fue Benítez), pero muy buen defensa (a diferencia de Alves). Paco Gento, aquel purísimo extremo del Madrid, declararía que fue el defensa que mejor le defendió y sin necesidad de brusquedades.

La muerte de Benítez me dejó anonadado por lo sorpresiva de la misma. No hubo casi información previa. Se dijo que causaba baja ante el Madrid lo que era motivo de preocupación deportiva ante la transcendencia del choque y como las gastaba el mencionado Gento.

Pero el partido no se jugó en su día. Emocionalmente nadie, ni el propio Madrid, estaban en condiciones de jugarlo. Gento lloró amargamente la desaparición de su más digno rival.

Recuerdo que oficialmente se culpó a esos mejillones en mal estado. Y así se quedó la cosa.

Ahora, con todo lo leído en este artículo de Villa....¿será posible que fuera envenenado intencionadamente? ¿o realmente tenía el hígado hecho polvo? Si sufrió dos hepatitis es razonable creer que tarde o temprano le pasara factura.

Enhorabuena Villa por tan buen aporte.

Lamento haber tardado tanto en contestar.

Alguien se llevó al otro mundo las causas de la muerte de Benítez. Esa biopsia cuyos resultados no se hicieron públicos, una autopsia que nunca se realizó ...

El artículo lo pude hacer mucho mas largo pero temí sobrecargarlo. Y es que tras superar la segunda hepatitis, Benítez fue atacado por un virus llamado “fiebre ganglionaria”. De una entrevista concedida a la revista “Barça” (nº 436 del 2/4/1964) transcribo los siguientes párrafos:

-“Los síntomas eran dolores de cabeza que aumentaban después de realizar un esfuerzo físico”.

-“Después del partido que jugamos en Oviedo, la cabeza me dolía una barbaridad. Pasé un rato fatal y después de no poder realizar la digestión con normalidad, me asusté y temí por una recaída de mi anterior enfermedad. Durante varios días temí por mi futuro deportivo, afortunadamente esto no será así”.

-“La suerte no me ha acompañado. Primero, las expulsiones, luego las hepatitis y ahora, esto. Es la vida y supongo que esta mala racha me abandonará definitivamente”.


Es cierto que a partir de entonces, y a pesar de seguir siendo conflictivo, con un carácter imprevisible lleno de cortocircuitos y altibajos, la carrera de Benítez fue asentándose primero y en continuo ascenso después. Yo no recuerdo un lateral derecho en el Barça con la influencia que el tuvo en su posición. Ni Toni Torres -que fue el que lo sustituyó-, ni Joaquín Rifé, aquél que también fue reconvertido de extremo a lateral, ni Papitu Ramos, ni Gerardo, ni el Chapi Ferrer, ni siquiera el mejor Alves fueron mejores que el uruguayo.

No hace mucho en otra web en la que participo se abrió un hilo en el que tenías que confeccionar la alineación del mejor Barça con los futbolistas que habías visto. Se trataba de colocar el titular y el suplente. Y yo puse de lateral derecho a Julio César Benítez y como suplente a Dani Alves. No fui el único: otro compañero también lo puso. Cuestión de la edad.

Dices en que no hubo casi información. En realidad, no hubo. Y a pesar de que estábamos en 1968 y los medios eran muy limitados, parece increíble que nos enteráramos de la gravedad de su estado el mismo sábado en que murió. Y lo mas gordo es que el mismísimo presidente del FCB, Narciso de Carreras, es muy posible que tuviera conocimiento de la situación no demasiado antes.

Los excesos del futbolista eran conocidos por todo su entorno pero no por el gran público. Hoy día, esto sería imposible. Como el mutismo oficial después de su muerte. Solo la calle empezó a generar sus leyendas. Imagino que todos, o casi todos los protagonistas directos de aquél triste acontecimiento ya han traspasado. Que Benítez tenía el hígado como un colador, seguro. Que murió por una intoxicación provocada por unos mejillones en mal estado, no cuela. ¿De que murió? Yo sigo pensando que sería por lo primero. Sencillamente, su cuerpo dijo basta. Pero la estúpida actitud del Barça fue la que provoca todo lo que vino luego. Fíjate lo que dice el masajista Angel Mur y Zaldúa, este último, bastantes años después.

El doctor José Baxarías, el que le practicó la biopsia, supo de que murió Benítez. Pero antes, fue el primero que mencionó la palabra envenenamiento.

Nosotros nunca lo sabremos.

Un saludo.
 

el charly 777

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12/10/17
Lamento haber tardado tanto en contestar.

Alguien se llevó al otro mundo las causas de la muerte de Benítez. Esa biopsia cuyos resultados no se hicieron públicos, una autopsia que nunca se realizó ...

El artículo lo pude hacer mucho mas largo pero temí sobrecargarlo. Y es que tras superar la segunda hepatitis, Benítez fue atacado por un virus llamado “fiebre ganglionaria”. De una entrevista concedida a la revista “Barça” (nº 436 del 2/4/1964) transcribo los siguientes párrafos:

-“Los síntomas eran dolores de cabeza que aumentaban después de realizar un esfuerzo físico”.

-“Después del partido que jugamos en Oviedo, la cabeza me dolía una barbaridad. Pasé un rato fatal y después de no poder realizar la digestión con normalidad, me asusté y temí por una recaída de mi anterior enfermedad. Durante varios días temí por mi futuro deportivo, afortunadamente esto no será así”.

-“La suerte no me ha acompañado. Primero, las expulsiones, luego las hepatitis y ahora, esto. Es la vida y supongo que esta mala racha me abandonará definitivamente”.


Es cierto que a partir de entonces, y a pesar de seguir siendo conflictivo, con un carácter imprevisible lleno de cortocircuitos y altibajos, la carrera de Benítez fue asentándose primero y en continuo ascenso después. Yo no recuerdo un lateral derecho en el Barça con la influencia que el tuvo en su posición. Ni Toni Torres -que fue el que lo sustituyó-, ni Joaquín Rifé, aquél que también fue reconvertido de extremo a lateral, ni Papitu Ramos, ni Gerardo, ni el Chapi Ferrer, ni siquiera el mejor Alves fueron mejores que el uruguayo.

No hace mucho en otra web en la que participo se abrió un hilo en el que tenías que confeccionar la alineación del mejor Barça con los futbolistas que habías visto. Se trataba de colocar el titular y el suplente. Y yo puse de lateral derecho a Julio César Benítez y como suplente a Dani Alves. No fui el único: otro compañero también lo puso. Cuestión de la edad.

Dices en que no hubo casi información. En realidad, no hubo. Y a pesar de que estábamos en 1968 y los medios eran muy limitados, parece increíble que nos enteráramos de la gravedad de su estado el mismo sábado en que murió. Y lo mas gordo es que el mismísimo presidente del FCB, Narciso de Carreras, es muy posible que tuviera conocimiento de la situación no demasiado antes.

Los excesos del futbolista eran conocidos por todo su entorno pero no por el gran público. Hoy día, esto sería imposible. Como el mutismo oficial después de su muerte. Solo la calle empezó a generar sus leyendas. Imagino que todos, o casi todos los protagonistas directos de aquél triste acontecimiento ya han traspasado. Que Benítez tenía el hígado como un colador, seguro. Que murió por una intoxicación provocada por unos mejillones en mal estado, no cuela. ¿De que murió? Yo sigo pensando que sería por lo primero. Sencillamente, su cuerpo dijo basta. Pero la estúpida actitud del Barça fue la que provoca todo lo que vino luego. Fíjate lo que dice el masajista Angel Mur y Zaldúa, este último, bastantes años después.

El doctor José Baxarías, el que le practicó la biopsia, supo de que murió Benítez. Pero antes, fue el primero que mencionó la palabra envenenamiento.

Nosotros nunca lo sabremos.

Un saludo.
 

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