La vergüenza de la final de Europa League: sin entradas y sin un jugador por inseguridad
Henrikh Mkhitaryan, jugador del
Arsenal, no viajará con su equipo a
Bakú (Azerbaiyán) para jugar
la final de la
Europa League contra el
Chelsea que se jugará el próximo 29 de mayo. El motivo es la imposibilidad de garantizar la seguridad del futbolista en el país, el último ejemplo de una final que está destapando las vergüenzas de la
UEFA, que hace unos días reconoció que la capital azerbaiyana no estaba preparada para acoger un evento como este en las condiciones habituales.
Nada más terminar las semifinales de la Europa League, en las que el Arsenal y el Chelsea eliminaron al Valencia y al Eintracht, se supo que
la UEFA da a cada equipo 6.000 entradas para la final, a pesar de que el Estadio Olímpico de Bakú tiene capacidad para casi 70.000 espectadores. El motivo de tan escaso reparto no fueron los compromisos de la UEFA con patrocinadores y federaciones, sino la incapacidad del aeropuerto de la ciudad para acoger el flujo de espectadores ingleses.
"Es imposible predecir de antemano qué clubes llegarán a la final, mientras que la sede es elegida dos años antes", se defendió la UEFA. "Teniendo eso en consideración y, más importante, la localización geográfica y la capacidad logística de los aeropuertos en la ciudad y alrededores,
se consideró que 15.000 espectadores podrían viajar (esto incluye los finalistas, los aficionados y público en general), con Bakú como hub principal. Ofrecer más entradas a los aficionados sin garantías de que puedan reservar un viaje a Bakú no era la opción responsable".
La UEFA eligió hace casi dos años a Bakú como sede de la final de la Europa League, una elección que ahora se le está volviendo en contra. Mkhitaryan, del Arsenal, no la jugará
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