"No había ni siquiera agua caliente para ducharnos" Hernán Crespo, técnico de la reserva.
"Si tengo que ir a buscar a los muchachos en auto, lo haré", prometió el exdelantero de River, con un compromiso hacia un club al borde la quiebra y del precipicio que debieron haber tenido otros, los que lo llevaron al laberinto en que se encuentra inmerso.
Una crisis que impidió que el primer equipo de Parma, el que conduce Roberto Donadoni, salga al ruedo el domingo en el estadio Ennio Tardini ante Udinese porque no hay dinero para pagar el operativo de seguridad.
Frente a esta situación, se pidió a la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) disputar el partido a puertas cerradas, pero recibió como respuesta una contundente negativa de su titular, Carlo Tavecchio, generando una incertidumbre todavía mayor.
Parma está contra las cuerdas por la crisis financiera que le impidió saldar sus deudas con el fisco italiano, con el plantel y con los empleados, que no cobran su salario desde hace varios meses.
Deudas que le impiden a Parma seguir operando hasta que llegue una solución y que no se saldaron tampoco con la asunción como presidente de Giampietrio Manenti, pues el dinero prometido sigue sin aparecer.
La imagen de un Manenti solitario el viernes en una asamblea de socios a la que no asistió nadie más, fue por demás elocuente, aunque el dirigente parece dispuesto a hundirse junto con el barco, como debería hacerlo todo capitán.
"Me siento cercado, pero seguiré adelante", afirmó Manenti, quien volvió a prometer que este lunes estará disponible el dinero de los salarios atrasados y volverá a convocar a una asamblea de socios cuando esto suceda.
Manenti afirmaba contar con el respaldo de la empresa Mapi Crup, con sede en Nueva Gorica, Eslovenia, pero la cuenta que tenía en el Raiffeisen Bank desde abril de 2013 se cerró hace dos días.
Mientras tanto, la fiscalía parmesana solicitó ya formalmente la quiebra del club (lo que podría generar la disolución el club) y abrió una investigación para determinar adónde fue a parar la enorme cantidad de dinero que el club recibió en los últimos años.
Para tener una idea, en 2006 las deudas ascendían a 16 millones de euros y hoy se estima rondan los 197 millones, pese a que en ese período ingresaron a las arcas de Parma 220 millones por derechos de TV.
Los investigadores, y no sólo ellos, se preguntan hoy adónde fueron a parar esos fondos, sumados a los ingresos por las recaudaciones y a los contratos de patrocinio, que deberían ser suficientes para impedir que esto ocurra.
La única salida parece ser la quiebra y que un nuevo propietario adquiera al club en una subasta y asuma el costo de las deudas, lo cual le permitiría al menos terminar de jugar lo que resta del campeonato.
Si así fuera, Parma -que está prácticamente condenado al descenso, pues marcha último con apenas 10 puntos en 23 fechas- podría arrancar en la Serie B en la próxima temporada, solución que presentó el alcalde de la ciudad, Federico Pizzarotti.
El funcionario público, que le pidió a Manenti dar un paso al costado y le recordó que Parma "no es un puesto de salchichas", tomó las riendas del asunto demasiado tarde, según los entendidos, juntando a las partes involucradas en torno a una misma mesa.
Allí convocó al plantel de Parma, a los representantes de la FIGC, a los de la Liga italiana y a los del sindicato de futbolistas (AIC), en un intento por "salvar lo que todavía pueda salvarse". Traducido: una quiebra manejada.
De otro modo, a Parma no le quedaría más opción que retomar el camino de regreso a la elite del "Calcio" desde la última categoría, o sea desde el campeonato amateur.
Si esto sucediera y Parma no estuviese en condiciones de seguir jugando lo que resta del torneo de primera, que ya se encuentra en la segunda ronda, se le darían por perdidos todos los partidos que le quedan por jugar.
Así lo confirmó la Liga, sumando incertidumbre a la posible definición del torneo y del caso Parma, cuyos fanáticos se autoconvocaron para el domingo, a la hora del partido suspendido con Udinese, a las puertas del Tardini.
"Si hoy jugamos fue sólo por la buena voluntad que mostraron los jardineros y encargados de mantener el campo de juego", relató Crespo tras la victoria de sus dirigidos, una victoria sin embargo dolorosa, lograda este sábado.
"Esto nos duele mucho porque es tirar por la borda el trabajo de muchos años y el capital humano con el que contamos", completó el otrora goleador de la Selección argentina, un ídolo para los hinchas de Parma que no sacó el pecho cuando las "papas quemaban".
Solidario se mostró también el exfutbolista y hoy técnico de Fiorentina, Vincenzo Montella, quien pese a no haber jugado nunca en el club instó a "todos los clubes a aportar dinero para que Parma pueda terminar el campeonato".
"Lo merecen los jugadores y el entrenador, que han demostrado una dignidad increíble", completó Montella.
Fuente:
http://www.ambito.com/noticia.asp?id=779736