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Y el fútbol, funciona a base de ciclos. Y el ciclo frenético y exitoso de la grande Inter ya tiene fecha de caducidad, algo que nadie se imagina cuando arranca la temporada 1966-67 y además, este final será cruel. El diablillo al que se hacía mención anteriormente y que tantas veces protegió a HH y a su equipo, lo abandona en dos citas clave que marcan claramente el final de una era justamente cuando se presentía otra temporada triunfal.
El Inter esta vez elimina al Madrid de la Copa de Europa en cuartos de final y al CSKA de Sofía en semifinales tras un partido de desempate después de que los dos enfrentamientos terminaran con empate a uno y que se jugó ... en Bolonia, escenario aceptado por los búlgaros a cambio de embolsarse los dos tercios de la recaudación. Un gol de Cappellini le vale al Inter el pasaporte para su tercera final europea que se disputará el 25 de Mayo de 1967 en el Estadio Nacional de Lisboa.
El rival es el Celtic de Glasgow, la auténtica revelación del torneo, un conjunto muy equilibrado y luchador, no exento de técnica y con un ataque punzante. El Inter se presenta a la gran cita sin Luis Suárez, lesionado cuatro días antes en San Siro en encuentro liguero ante la Fiorentina (1).
El Inter se adelanta en el marcador muy pronto gracias a un penalty transformado por Sandro Mazzola (´8). Parecía imposible levantarle un partido a los italianos y a su catenaccio, pero el Celtic empezó a percutir y percutir el marco de Sarti y ya en la 2ª parte y después de un rosario de ocasiones ante un contrario desconocido y desalentado que echaba de menos a su cerebro y organizador, los goles de Gemmell (´62) y Chalmers (´84) acaban con el Inter quien, por primera vez, vuelve vencido de una final ya sea europea o continental.
(1) Sarti; Burgnich, Guarneri, Facchetti, Bedin, Picchi, Bicicli, Mazzola, Cappellini, Domenghini y Corso.
El principio del fin.
El golpe es duro, pero queda el Scudetto. Y el Inter depende de si mismo en la última jornada para ser campeón (2). Juega en el campo del Mantova, un equipo situado en la zona media de la tabla mientras que la Juventus lo hace en el Comunale ante la Lazio que se juega el descenso.
(2) Una jornada que debió jugarse el 28/5/1967 pero en la que se aplazaron los dos partidos decisivos para el título al 1/6/1967 a causa de la final de Lisboa. El mago alineó a Sarti; Burgnich, Guarneri, Facchetti, Bedin, Picchi, Domenghini, Mazzola, Cappellini, Suárez y Corso.
La victoria proclama automáticamente al Inter campeón independientemente del resultado de la Juve. A igualdad de puntos, según el reglamento del calcio de la época, el título se dirime en un partido de desempate sin tener en cuenta ni coeficientes ni tanteos particulares.
La cuestión es que un error del meta Sarti a poco de empezar la segunda parte, condena a los interistas que pierden 1-0. La Juve gana 2-1 y la grande Inter ya es historia por mucho que HH, un irremediable optimista entre otras muchas cosas, en la antesala de la temporada 1967-68, se mostrara entusiasmado después de un partido amistoso en San Siro el 5/9/1967 contra el FC Barcelona y que los locales ganan 3-1: “Ha quedado demostrado que Mazzola y Nielsen forman un tándem formidable. Se trata de una pareja que puede ser la sensación del Campeonato”.
Herrera se equivoca. La participación de Nielsen en la Serie A se limitará a ocho apariciones y con solo dos goles. El Inter queda 5º, a 13 puntos del campeón, AC Milan. Su peor clasificación desde 1958. Este fracaso arrastra al presidente Angelo Moratti y a Herrera.
Mundo Deportivo 20/5/1968:
Helenio Herrera ha presentado oficialmente su renuncia al cargo de entrenador del Inter de Milán. Herrera manifestó a los periodistas que tras la dimisión de Moratti el se sentía en la obligación de seguir sus pasos y adoptar parecida decisión.
El nuevo presidente, Ivanoe Fraizzoli, ofrecerá a Alfredo Foni el cargo que deja vacante HH.
“Una bomba sobre el Inter”, titulaba “Il Giorno” de Milán. “Me llamo Helenio Herrera y soy un hombre de palabra. No me quedo un minuto mas en el Inter. Al irse Moratti, debo irme yo también. El nuevo presidente no había demostrado confianza en mi. Le ha dado la palabra a otro técnico y ha comenzado a consultar a otros muchos entrenadores. Además, inició la campaña de adquisición de nuevos jugadores sin consultarme”.
“No quiero ser impuesto por presiones externas (3) y rechazo las reconsideraciones y posturas cómodas porque soy Helenio Herrera. Lo lamento por los jugadores y aficionados que me estiman, pero ya me considero fuera del Inter”.
(3) Refiriéndose a las numerosas manifestaciones de aficionados del Inter demostrando su apoyo al entrenador.
Sarti se come el centro y el Scudetto es para la Juve.
La carrera de Herrera en los banquillos empezó en el Stade Français (1946-1948). Ya en España, entrenó al Real Valladolid (1948-1949) y Atlético de Madrid (1949-1952) con el que conquistó dos Ligas consecutivas en 1950 y 1951. También entrenó al Málaga (1952), Deportivo de La Coruña (1953), Sevilla (1953-1956) y en Portugal al Belenenses (1956-1958).
Sería en el FC Barcelona donde se catapultaría hacia los primeros planos del fútbol mundial. Dos Ligas en 1959 y 1960, una Copa en 1959 y dos Copas de Ferias (la hoy Europa League) en 1958 y 1960, llaman la atención a Angelo Moratti quien le ofrece el contrato mejor pagado hasta entonces para un entrenador. Su salida del Barça, en Abril de 1960, tras una semifinal europea contra el Madrid, fue tormentosa, como su estancia misma en el club blaugrana a pesar de los éxitos (4)
Recala en la Roma hasta 1973, donde solo conseguiría una Coppa en 1969. En la temporada 1973-74 regresa al Inter, pero su corazón le manda un aviso y a partir de entonces, se toma la vida con mucha mas calma. Entrena al Rimimi en 1978-79 y veinte años después el FC Barcelona lo reclama para que lo saque de una de sus fases traumáticas, algo que hace por dos veces en 1980 y 1981, conquistando en este último año, la Copa del Rey. Acaba convertido en Asesor de la Presidencia ... desde su residencia en Venecia.
(4) Al dejar el Inter, Herrera mantuvo contactos con el Napoli y el Atlético de Madrid. A este último, el mago le exigía 6 millones de pesetas por temporada, una cantidad que en 1968 era una barbaridad. A lo mas que llegó el Atlético fue a cuatro y HH se decantó por la Roma, un club sensiblemente inferior tanto a Juve, como al Milan y el propio Inter.
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