rams_881
Mega Fútbol
- 18/4/12
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Lo que pretendo contar aquí es el*enorme problema que está suponiendo la crisis en el fútbol italiano.* No debatir sobre lo del Calciopolis. Para los juventinos sentiditos
Porque de este deporte también viven muchos caraduras en Italia y se están aprovechando de la crisis que se vive, aunque ese es solo una parte del problema. Con la información que tengo y he recogido,el problema es muy serio.
Este problema va mas alla del futbol y eso es lo primero y mas importante. Por ejemplo la corrupción le cuesta a Italia 60.000 millones de euros. El 4% del Producto Interior Bruto del país. Mentalidad mediterranea y por algo parecido a lo que sucede en loa paises dd latinoamerica.
Hablemos de datos. El Moggigate o Calciópoli no fue únicamente un desastre económico para Lazio, Milan, Fiorentina o Juventus, sobre todo para éstos últimos. Lo fue para toda Italia. El choriceo, el amaño y las compras de partidos le supuso a la Juventus un palo no solo institucional, con la pérdida de sus dos Scudettos, también deportivo, donde muchos de sus jugadores abandonaron el club, como fueron Thuram, Cannavaro, Zambrotta o Ibrahimovich. Otros, sin embargo, se quedaron, como Buffon, Del Piero, Trezeguet, Camoranesi o Nedved. La desbandada supuso pérdidas millonarias para el club, tanto por la pérdida de nombres como por la reducción de ingresos en Champions y Serie A.
El Calcio, en 2006, tras el escándalo y las sanciones, cayó al 5º puesto en los campeonatos mas importantes de Europa. Esto supuso para el fútbol italiano unas pérdidas de 500 millones de euros. Las acciones e inversiones cayeron en picado y el prestigio y la credibilidad fue muy difícil recuperarlo. El Calciopoli también le supuso al Milan unas pérdidas de 40 millones de euros. No participar en competiciones europeas para Juventuinos y Rossoneros fue un duro golpe. El escándalo tomó el nombre de “Calciópolis”, parafraseando la famosa “Tangentópolis” que sacudió el mundo político italiano a comienzos de los años Noventa, y la semejanza no es casual: Francesco Saverio Borrelli, el mismo fiscal que dirigió las investigaciones en aquel entonces, fue nombrado jefe de la oficina de investigaciones de la Federación Italiana de Fútbol y el que destapó toda la trama.
“Una asociación para delinquir, dirigida por Luciano Moggi, y dedicada a realizar una multéplice cantidad de delictos, todos ellos finalizados para alcanzar una posición de absoluto dominio y control del entero sistema del fútbol profesional. La organización, usando una estrategia esencialmente fundada sobre el chantaje, la violencia psicológica y sobretodo complicidades de todo tipo, tenía capacidad de condicionar la eleción de los máximos dirigentes de la Federación y de la Liga, y además de alterar el regular desarrollo del campeonato de Serie A, con la finalidad de conservar su nivel de poder y de capacidad financiera cuanto más tiempo posible” fueron palabras que salieron de su mismísima boca.
En la Fiorentina, el caso fue especialmente grave por un motivo: en las escuchas que se recogieron se aseguraba que la “organización” le hacía perder los partidos para poner en dificultad al presidente Della Valle, quien era adversario político porque pedía una distibución diferente de los ingresos relativos a los derechos televisivos. Por eso se cuestionó si era lícito condenar a quien fue largamente estafado y sólo trató al final de salvarse, o si era un tramposo o una víctima de Moggi y su banda.
A principios de junio de 2006 se armó en la tabla final un caos de mil demonios. Ningún club sabía qué competición europea iba a jugar y, por abajo, nadie sabia si iba a salvarse o a mantener la categoría. Incluso en la Serie B y la Serie C muchos clubes no sabían donde iban a jugar la próxima temporada por el movimiento en la máxima categoría. Entremedias, la UEFA metía prisa porque necesitaba los nombres de los clubes que jugarían Europa. Tanto caos en tan poco tiempo, con equipos implicados sin nada que ver en la trama, dejó en paños menores a la burocracía italiana.
Mas datos. Esta vez, Calciopoli aparte, hablamos de entradas. Atalanta, Udinese, Sampdoria y Roma son los únicos equipos que en la temporada 2013/2014 facturaron más dinero por la venta de entradas que en la temporada anterior, la 2012-2013. Todos los demás vieron considerablemente reducidas sus ganancias, especialmente la Fiorentina, que paso de ganar 22 millones de euros a 12 en un año. La mitad de ingresos, reducida. La Lazio, por su parte, logró capear el temporal y mantuvo los 17 millones y medio de ventas. El equipo que obtuvo mayores ganancias fue la Juventus, con más de 27 millones de euros, seguido del Inter, con 22, pero ambos perdieron respecto al curso anterior. En el siguiente gráfico aparecen las cifras de todos los equipos de la campaña que acaba de concluir.
La mayoría de estadios suelen mostrar mas cemento que público. Unos lo achacan al oportunista y demagogo problema de la violencia de los ultras, que resta la asistencia de familias y tifosis “pacíficos”, y otros, simplemente, al precio de las entradas o a lo poco atractivo que resulta ver al equipo de tu ciudad. Volvemos a la mentalidad mediterranea. Igual que en España. Parece que ingresaremos mas si subimos el precio de las entradas, cuando lo que conseguimos es todo lo contrario. Y parece que con conbatir al diablo conseguimos algo, cuando, ante tantísimos miles de radicales, imposibilitando la lucha y aumentando la tensión, se debería llegar a acuerdos de convivencia y hacer del Calcio un sitio mejor entre todos, con nuestras virtudes y defectos.
Otros datos. Hablamos de los negocios de los clubes. Según el análisis financiero realizado por el Price Waterhouse Cooper (PWC), la cifra de negocios de la temporada 2011-2012 fue de 2.700 millones de euros, con un aumento del 7% con respecto a la campaña anterior, pero el Calcio continúa siendo deficitario en 388 millones de euros. La situación ha mejorado ostensiblemente con respecto al curso 2010-2011, en el que las pérdidas ascendían hasta los 430 millones de euros. Pero el problema de fondo, los números rojos del fútbol italiano, continúa sin resolverse.
Emanuele Grasso, del Price Waterhouse Cooper, lo cuenta así: “Hasta 2007, los principales clubes italianos competían con sus rivales europeos, hoy la brecha ha crecido. No hay mas que ver los 22 mil espectadores de media por partido de la Serie A en comparación a los 44 mil que acuden en la Bundesliga. Ni un solo club italiano completa su cupo de abonos. Los clubes de la Bundesliga o la Premier lo doblan. El problema empieza por ahí”. El estudio explica que el 43% de los ingresos proviene de los derechos de televisión y que sólo un 9% de las entradas son de los estadios. En otras palabras, los clubes ingresan mas por gente que ve sus partidos sentados en el sofá que por espectadores que acuden a verlo en directo. ¿La comodidad? Juzguemos nosotros mismos si ellos son los únicos. Reflexionemos. Y esos son derechos legales. Aquí no se incluyen los hinchas que se quedan en su sofá a ver el partido en pirata. Aquí entra el patético y famoso debate que promueve la LFP con el “haces daño a tu equipo”.
El presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Giancarlo Abete, ve el problema por otra vía: “Los ingresos en los estadios se han reducido drásticamente y hay un gran margen de mejora. En Italia, los estadios son propiedad de los municipios y hay muchos problemas que afrontar. Los clubes que se han construido nuevos estadios han crecido de manera exponencial. Es el caso de la Juventus. Udinese y Roma han emprendido la misma vía”.
Datos de 2012 dicen que en Italia fueron disueltos 201 consejos municipales y más de 30 diputados fueron investigados por corrupción, en su mayoría relacionados con el crimen organizado. Hubo investigaciones en casi la mitad de las veinte regiones italianas. No es de extrañar que la corrupción política afecte a los clubes por la vía de los estadios. Por eso muchos equipos tienen problemas de deuda con el pago de la instalación a los Ayuntamientos. Y viceversa, por los casos de corrupción. En 2012 fue presentada por el Gobierno de Mario Monti la Ley Anticorrupción. En ese momento, había cien parlamentarios que estaban siendo investigados y algunos estaban condenados. Uno de los principales problemas de Italia es la lentitud de los procesos, como ocurrió con el Moggigate, lo que provoca que muchos procedimientos jurídicos prescriban. Seguro que os suena.
La vinculación de ciertos políticos a los clubes también ha hecho mucho daño a su imágen. Los procesos de condena a Silvio Berlusconi por abuso de poder, prostitución de menores y la inhabilitación para ejercer cargos públicos de por vida provocaron, y siguen provocando, gran revuelo institucional en el Milan. Ni siquiera su hija Bárbara se salva, por la cual parece haber mas interés por su vida privada que por ser uno de los timones Rossoneros. De sobra conocido es su mala y actual relación con Galliani. Siendo novia de Pato, arruinó el negocio de su padre al impedir su traspaso al PSG por 35 millones de euros. El amor pudo mas que los negocios que llevaba el ex primer ministro italiano.
Los negocios de Claudio Lotito están llevando a la Lazio a su situación actual. Lo mismo ocurre con Erick Thohir, propietario del Inter. Los dos tienen problemas con las hinchadas debido a su gestión. Lotito ha provocado que la Lazio haya acabado la temporada jugando en un Olímpico desierto de hinchas. Por lo cual, dicho sea de paso, quisiera decir que hay maneras de protestar sin perjudicar anímicamente el ánimo de los jugadores y que no se sientan solos en su camino. Allá cada uno con su conciencia de “fidelidad” por el equipo.
Pero volvamos a lo puramente futbolístico. Hay brotes verdes, por supuesto. La inversión en fichajes ha aumentado en toda Europa. La Serie A (465 millones de euros) ha sido la segunda competición que más ha gastado para esta temporada, por detrás de la Premier (553 millones) y por delante de la Liga (358 millones). Estos datos, proporcionados por la empresa brasileña Prime Time Sport, indican que el gasto ha aumentado un 42% respecto al año anterior. Juventus (85,8 millones), Roma (73,9 mill.), Nápoles (59,3 mill.), Inter (32,5 mill.) y Genoa (31,9 mill.) lideran la tabla de inversores.
El problema también está enfocado en otro aspecto: la cantera. Sólo el 53,1% de los jugadores de la Serie A son italianos. Toni Padilla, experto en fútbol italiano de Gol TV, lo explica así: “Hay un problema gravísimo de cantera. Casi todas están en el Norte de Italia, donde el problema socioeconómico con el Sur está presente. Ahora se está produciendo cierto cambio social. Se intenta cuidar el sistema de formación firmando jugadores africanos y sudamericanos con 17 años. Esa apuesta provoca la escasa aparición de nuevos talentos locales, lo que se agrava con la reticencia de las grandes estrellas a firmar por los equipo italianos. La Liga o la Premier son las más atractivas del momento”. Perico Obiang, negro nacido en España que milita en la Sampdoria, apunta que “He visto muchos jugadores buenos que no encuentran hueco en los equipos grandes”. Ahora parece que la tendencia va al alta con las nuevas estrellas italianas que están triunfando en las categorías inferiores de la Azzurra y en sus respectivos clubes. Verrati, Bertolacci, Fausto Rossi, Insigne, D’Alessandro, El Shaarawy, Immobile, Gabbiardini, Fabio Borini o Ceccarelli son la esperanza de la cantera italiana.
Esta temporada 2013-2014 ningún club italiano ha superado los Octavos de Final de Champions. Sólo el Milan superó la fase de grupos y fue vergonzosamente eliminado. En Europa League, la Juventus se ha quedado sola a partir de Cuartos de Final y no ha sido capaz de llegar a “su” final, pese a competir con equipos relativamente inferiores en potencial. Lazio, Fiorentina, Udinese y Nápoles cayeron en rondas anteriores. Los clubes italianos no son capaces de competir. El peso del gran Inter de José Mourinho parece quedar lejos en Europa. Y aún mas lejos queda el orgullo con el que la Juventus portaba el nombre de Italia por todo el continente.
El fútbol italiano entró en una profunda depresión tras la conquista del Mundial 2006. Descensos administrativos, corrupción, cantera, crisis económica… Pero no todo está perdido. Hay signos positivos que permiten hablar de un resurgir del fútbol italiano, empezando por la Azzurra. En la Selección se está produciendo un cambio estético. Roberto Baggio y Arrigo Sacchi han pedido públicamente ese cambio de mentalidad y Prandelli está tomando un modelo esperanzador con la introducción de las jóvenes promesas. Poco a poco.
El Calcio no se muere ni se va a morir nunca. ¿Que está en una situación difícil? Si. ¿Que puede y va a salir de ella? También. Lo vamos a ver y se hablará mucho de su resurreción. El problema que ha sumergido al Calcio en esta crisis es el mismo que sufre España: el contexto de crisis política que viven los dos paises. Gandhi decía que la cultura de un pueblo se mide por el modo de tratar a sus animales. Yo digo que el fútbol de un país se mide con la situación socio-política que vive el propio país. Si no cambiamos de mentalidad, si no dejamos de poner a 90 euros la entrada mas barata para una Semifinal de Champions, si no incentivamos el trato a los aficionados, si no les animamos a viajar con el equipo con precios asequibles y económicos para todos, si no miramos tanto por el negocio y mas por el sentimiento, no estaríamos en este problema.
Tarde o temprano saldremos de esta crisis. Pero si no cambiamos de mentalidad, de nada servirá resurgir económicamente. El problema está en la cabeza, no en la moneda ni en la pelota.
Nota: Este reportaje contiene, inevitablemente y en asuntos puntuales, opiniones puramente personales de su autor, que no considera que afecten a la objetividad que se quiere transmitir con el reportaje.
Porque de este deporte también viven muchos caraduras en Italia y se están aprovechando de la crisis que se vive, aunque ese es solo una parte del problema. Con la información que tengo y he recogido,el problema es muy serio.
Este problema va mas alla del futbol y eso es lo primero y mas importante. Por ejemplo la corrupción le cuesta a Italia 60.000 millones de euros. El 4% del Producto Interior Bruto del país. Mentalidad mediterranea y por algo parecido a lo que sucede en loa paises dd latinoamerica.
Hablemos de datos. El Moggigate o Calciópoli no fue únicamente un desastre económico para Lazio, Milan, Fiorentina o Juventus, sobre todo para éstos últimos. Lo fue para toda Italia. El choriceo, el amaño y las compras de partidos le supuso a la Juventus un palo no solo institucional, con la pérdida de sus dos Scudettos, también deportivo, donde muchos de sus jugadores abandonaron el club, como fueron Thuram, Cannavaro, Zambrotta o Ibrahimovich. Otros, sin embargo, se quedaron, como Buffon, Del Piero, Trezeguet, Camoranesi o Nedved. La desbandada supuso pérdidas millonarias para el club, tanto por la pérdida de nombres como por la reducción de ingresos en Champions y Serie A.
El Calcio, en 2006, tras el escándalo y las sanciones, cayó al 5º puesto en los campeonatos mas importantes de Europa. Esto supuso para el fútbol italiano unas pérdidas de 500 millones de euros. Las acciones e inversiones cayeron en picado y el prestigio y la credibilidad fue muy difícil recuperarlo. El Calciopoli también le supuso al Milan unas pérdidas de 40 millones de euros. No participar en competiciones europeas para Juventuinos y Rossoneros fue un duro golpe. El escándalo tomó el nombre de “Calciópolis”, parafraseando la famosa “Tangentópolis” que sacudió el mundo político italiano a comienzos de los años Noventa, y la semejanza no es casual: Francesco Saverio Borrelli, el mismo fiscal que dirigió las investigaciones en aquel entonces, fue nombrado jefe de la oficina de investigaciones de la Federación Italiana de Fútbol y el que destapó toda la trama.
“Una asociación para delinquir, dirigida por Luciano Moggi, y dedicada a realizar una multéplice cantidad de delictos, todos ellos finalizados para alcanzar una posición de absoluto dominio y control del entero sistema del fútbol profesional. La organización, usando una estrategia esencialmente fundada sobre el chantaje, la violencia psicológica y sobretodo complicidades de todo tipo, tenía capacidad de condicionar la eleción de los máximos dirigentes de la Federación y de la Liga, y además de alterar el regular desarrollo del campeonato de Serie A, con la finalidad de conservar su nivel de poder y de capacidad financiera cuanto más tiempo posible” fueron palabras que salieron de su mismísima boca.
A principios de junio de 2006 se armó en la tabla final un caos de mil demonios. Ningún club sabía qué competición europea iba a jugar y, por abajo, nadie sabia si iba a salvarse o a mantener la categoría. Incluso en la Serie B y la Serie C muchos clubes no sabían donde iban a jugar la próxima temporada por el movimiento en la máxima categoría. Entremedias, la UEFA metía prisa porque necesitaba los nombres de los clubes que jugarían Europa. Tanto caos en tan poco tiempo, con equipos implicados sin nada que ver en la trama, dejó en paños menores a la burocracía italiana.
Mas datos. Esta vez, Calciopoli aparte, hablamos de entradas. Atalanta, Udinese, Sampdoria y Roma son los únicos equipos que en la temporada 2013/2014 facturaron más dinero por la venta de entradas que en la temporada anterior, la 2012-2013. Todos los demás vieron considerablemente reducidas sus ganancias, especialmente la Fiorentina, que paso de ganar 22 millones de euros a 12 en un año. La mitad de ingresos, reducida. La Lazio, por su parte, logró capear el temporal y mantuvo los 17 millones y medio de ventas. El equipo que obtuvo mayores ganancias fue la Juventus, con más de 27 millones de euros, seguido del Inter, con 22, pero ambos perdieron respecto al curso anterior. En el siguiente gráfico aparecen las cifras de todos los equipos de la campaña que acaba de concluir.
Otros datos. Hablamos de los negocios de los clubes. Según el análisis financiero realizado por el Price Waterhouse Cooper (PWC), la cifra de negocios de la temporada 2011-2012 fue de 2.700 millones de euros, con un aumento del 7% con respecto a la campaña anterior, pero el Calcio continúa siendo deficitario en 388 millones de euros. La situación ha mejorado ostensiblemente con respecto al curso 2010-2011, en el que las pérdidas ascendían hasta los 430 millones de euros. Pero el problema de fondo, los números rojos del fútbol italiano, continúa sin resolverse.
Emanuele Grasso, del Price Waterhouse Cooper, lo cuenta así: “Hasta 2007, los principales clubes italianos competían con sus rivales europeos, hoy la brecha ha crecido. No hay mas que ver los 22 mil espectadores de media por partido de la Serie A en comparación a los 44 mil que acuden en la Bundesliga. Ni un solo club italiano completa su cupo de abonos. Los clubes de la Bundesliga o la Premier lo doblan. El problema empieza por ahí”. El estudio explica que el 43% de los ingresos proviene de los derechos de televisión y que sólo un 9% de las entradas son de los estadios. En otras palabras, los clubes ingresan mas por gente que ve sus partidos sentados en el sofá que por espectadores que acuden a verlo en directo. ¿La comodidad? Juzguemos nosotros mismos si ellos son los únicos. Reflexionemos. Y esos son derechos legales. Aquí no se incluyen los hinchas que se quedan en su sofá a ver el partido en pirata. Aquí entra el patético y famoso debate que promueve la LFP con el “haces daño a tu equipo”.
Datos de 2012 dicen que en Italia fueron disueltos 201 consejos municipales y más de 30 diputados fueron investigados por corrupción, en su mayoría relacionados con el crimen organizado. Hubo investigaciones en casi la mitad de las veinte regiones italianas. No es de extrañar que la corrupción política afecte a los clubes por la vía de los estadios. Por eso muchos equipos tienen problemas de deuda con el pago de la instalación a los Ayuntamientos. Y viceversa, por los casos de corrupción. En 2012 fue presentada por el Gobierno de Mario Monti la Ley Anticorrupción. En ese momento, había cien parlamentarios que estaban siendo investigados y algunos estaban condenados. Uno de los principales problemas de Italia es la lentitud de los procesos, como ocurrió con el Moggigate, lo que provoca que muchos procedimientos jurídicos prescriban. Seguro que os suena.
La vinculación de ciertos políticos a los clubes también ha hecho mucho daño a su imágen. Los procesos de condena a Silvio Berlusconi por abuso de poder, prostitución de menores y la inhabilitación para ejercer cargos públicos de por vida provocaron, y siguen provocando, gran revuelo institucional en el Milan. Ni siquiera su hija Bárbara se salva, por la cual parece haber mas interés por su vida privada que por ser uno de los timones Rossoneros. De sobra conocido es su mala y actual relación con Galliani. Siendo novia de Pato, arruinó el negocio de su padre al impedir su traspaso al PSG por 35 millones de euros. El amor pudo mas que los negocios que llevaba el ex primer ministro italiano.
Pero volvamos a lo puramente futbolístico. Hay brotes verdes, por supuesto. La inversión en fichajes ha aumentado en toda Europa. La Serie A (465 millones de euros) ha sido la segunda competición que más ha gastado para esta temporada, por detrás de la Premier (553 millones) y por delante de la Liga (358 millones). Estos datos, proporcionados por la empresa brasileña Prime Time Sport, indican que el gasto ha aumentado un 42% respecto al año anterior. Juventus (85,8 millones), Roma (73,9 mill.), Nápoles (59,3 mill.), Inter (32,5 mill.) y Genoa (31,9 mill.) lideran la tabla de inversores.
El problema también está enfocado en otro aspecto: la cantera. Sólo el 53,1% de los jugadores de la Serie A son italianos. Toni Padilla, experto en fútbol italiano de Gol TV, lo explica así: “Hay un problema gravísimo de cantera. Casi todas están en el Norte de Italia, donde el problema socioeconómico con el Sur está presente. Ahora se está produciendo cierto cambio social. Se intenta cuidar el sistema de formación firmando jugadores africanos y sudamericanos con 17 años. Esa apuesta provoca la escasa aparición de nuevos talentos locales, lo que se agrava con la reticencia de las grandes estrellas a firmar por los equipo italianos. La Liga o la Premier son las más atractivas del momento”. Perico Obiang, negro nacido en España que milita en la Sampdoria, apunta que “He visto muchos jugadores buenos que no encuentran hueco en los equipos grandes”. Ahora parece que la tendencia va al alta con las nuevas estrellas italianas que están triunfando en las categorías inferiores de la Azzurra y en sus respectivos clubes. Verrati, Bertolacci, Fausto Rossi, Insigne, D’Alessandro, El Shaarawy, Immobile, Gabbiardini, Fabio Borini o Ceccarelli son la esperanza de la cantera italiana.
Esta temporada 2013-2014 ningún club italiano ha superado los Octavos de Final de Champions. Sólo el Milan superó la fase de grupos y fue vergonzosamente eliminado. En Europa League, la Juventus se ha quedado sola a partir de Cuartos de Final y no ha sido capaz de llegar a “su” final, pese a competir con equipos relativamente inferiores en potencial. Lazio, Fiorentina, Udinese y Nápoles cayeron en rondas anteriores. Los clubes italianos no son capaces de competir. El peso del gran Inter de José Mourinho parece quedar lejos en Europa. Y aún mas lejos queda el orgullo con el que la Juventus portaba el nombre de Italia por todo el continente.
El fútbol italiano entró en una profunda depresión tras la conquista del Mundial 2006. Descensos administrativos, corrupción, cantera, crisis económica… Pero no todo está perdido. Hay signos positivos que permiten hablar de un resurgir del fútbol italiano, empezando por la Azzurra. En la Selección se está produciendo un cambio estético. Roberto Baggio y Arrigo Sacchi han pedido públicamente ese cambio de mentalidad y Prandelli está tomando un modelo esperanzador con la introducción de las jóvenes promesas. Poco a poco.
El Calcio no se muere ni se va a morir nunca. ¿Que está en una situación difícil? Si. ¿Que puede y va a salir de ella? También. Lo vamos a ver y se hablará mucho de su resurreción. El problema que ha sumergido al Calcio en esta crisis es el mismo que sufre España: el contexto de crisis política que viven los dos paises. Gandhi decía que la cultura de un pueblo se mide por el modo de tratar a sus animales. Yo digo que el fútbol de un país se mide con la situación socio-política que vive el propio país. Si no cambiamos de mentalidad, si no dejamos de poner a 90 euros la entrada mas barata para una Semifinal de Champions, si no incentivamos el trato a los aficionados, si no les animamos a viajar con el equipo con precios asequibles y económicos para todos, si no miramos tanto por el negocio y mas por el sentimiento, no estaríamos en este problema.
Tarde o temprano saldremos de esta crisis. Pero si no cambiamos de mentalidad, de nada servirá resurgir económicamente. El problema está en la cabeza, no en la moneda ni en la pelota.
Nota: Este reportaje contiene, inevitablemente y en asuntos puntuales, opiniones puramente personales de su autor, que no considera que afecten a la objetividad que se quiere transmitir con el reportaje.