Era una muerte anunciada, aunque no me esperaba que fuera tan rápido. El tabaco lo condenó a morir demasiado pronto, a sus 68 años.
Más o menos de mi edad disfruté al completo de toda su carrera primero como futbolista y luego como entrenador.
Como futbolista me gustaba su dinamismo. Era más un atleta que un jugón. Muy rápido y muy directo. A veces demasiado individualista.
Sin embargo, como entrenador destacó por lo contrario: potenció el juego colectivo.
Quedará señalado en la historia del Barça cuando al ganar la Champions de Wembley rompió la dinámica perdedora que hasta entonces llevaba este club con cuatro finales perdidas con anterioridad.
Como persona ya no me gustaba tanto, demasiado divo, demasiado soberbio. Su gran Dream Team lo destruyó él mismo con sus excesos de autoritarismo.
Descanse en paz.
Fíjate que en mi primer comentario escribo que al final, las luces acaban iluminando las sombras.
Cruyff tuvo muchas sombras, posiblemente demasiadas, pero su legado es tan grande que forzosamente hace que pasen a un segundo plano.
En realidad, siempre hizo lo que le dio la gana. En el Ajax, en el Barça y en donde fuera. No creo que hayas olvidado cuando decidió cargarse a Hennes Wesweiler en el ´76 desde el momento en que el entrenador alemán empezó a reprocharle su escasa aportación al equipo en campo contrario. Escondido sin remedio en los campos donde nos dejábamos puntos y mas puntos y con ellos, las Ligas: Las Palmas, Santander, Salamanca, Alicante, Vigo ... él y
Charly, su alter ego hasta que la relación acabó como el Rosario de la Aurora. Colocó a un presidente débil -Agustín Montal- contra la pared,
o él o yo, y claro, el que saltó fue Wesweiler previa esperpéntica manifestación de fans ante La Masía. Y además, condición inapelable para renovar, exigió la vuelta de Michels. Se hablaba en aquella época del
Clán holandés. Johan Cruyff, Johan Neeskens y el suegro del primero, Cor Coster.
Las hacía de muy gordas. Sus ocho años en el banquillo del Barça fueron absolutamente frenéticos. Mira, en otro foro que no nombraré porque soy muy respetuoso con las reglas y aparte de eso, tampoco me gusta citarme, me llevó mas de un año recopilar todo lo que sucedió en su trayectoria como entrenador del FCB desde 1988 hasta 1996. Repasé todas las fuentes que pude. Muchísimas cosas de las que escribí, las recordaba como si hubieran sucedido ayer, otras, me sonaban y algunas, las había olvidado. Es una montaña rusa. Salvo extrañas fases de calma, es un ejercicio continuo, casi
psicótico, de presión, de pulso, de chantaje (no he encontrado otra expresión mas suave), de exigencia, de agobio, de inconformismo, de
no es suficiente, de amenaza velada .... tanto al equipo como al
establishment. El pulso y desafío al presidente Núñez no cesó desde su segunda temporada ni aunque los títulos fueran cayendo uno detrás de otro. El ritmo era infernal.
En Mega Fútbol hay dos foreros -uno, por desgracia, hace tiempo que no aparece-, a los que posiblemente les suene el tema. Pensé en publicarlo también aquí, pero me hice una pregunta que me hago siempre antes de darle al
enter: ¿Realmente interesa por estos barrios lo que pasó en el FCB durante el reinado del
profeta como entrenador? La respuesta es obvia.
Retomando el tema -porque podría estar hasta Navidad hablando del
profeta- lo fundamental es lo que nos deja. El cabrito nos cambió de arriba a abajo. Es el segundo protagonista mas trascendental del club cuando nos vamos hacia los 117 años de Historia. El primero es Joan Gamper, el padre de la criatura. Gamper lo fundó pero Cruyff fichó por el Barça en el verano de 1973 porque le dio la gana. Puedo demostarlo. Como toda su vida. Nadie se le subió encima.
Y por cierto, yo también por cuestiones de edad -soy de Enero de 1959-, he vivido toda su carrera. En el terreno de juego, no he visto un cambio de ritmo, unas aceleraciones tan diabólicas como si condujera en vez de un balón, una bola de fuego, como las de Johan en el Ajax. Ni siquiera al
Diego que podía hacer lo que se propusiera. Ni Pelé. Ni a nuestro Leo, si,
el tuyo también, tiene lo que tenía el
flaco.
Puedo presumir de haber visto en directo tres partidos de Johan que me marcaron para siempre. La final de la Copa de Europa de 1971 Ajax-Panathinaikos, la de 1972 Ajax-Inter y la vuelta de la Intercontinental también de 1972 Ajax-Independiente. Hechizado sin remedio. Otro mundo.
¿Divo? ¿Soberbio? Seguro. Pasa que siempre estuvo por encima de todo. Y las 5 Copas de Europa que tenemos, todas llevan su huella. Todas. Es un pequeño detalle sin importancia.
Lo que dije antes: en un lado las sombras y en el otro, las luces y el partido lo gana por goleada.