Mega Fútbol
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Alemania se convierte en el primer europeo en ganar en tierras americanas. Levantar la tan ansiada copa es una recompensa a un trabajo de década y media, convirtiendo al fútbol profesional germano en un fútbol masivo y sostenible.
El gran y verdadero triunfo, no de Alemania, sino del fútbol, es que quien ganó, fue quien mejor ha sabido hacer de su liga, una liga económicamente saludable, donde priva la generación de estrellas domésticas por encima de la importación de superestrellas ajenas. Ese es quizás el todo más optimista de este Mundial (más que de esta final). Porque lo ocurrido a lo largo de este mes de buen fútbol, es un buen reflejo de qué ocurre a nivel nacional a consecuencia de los sistemas de liga de cada país.
Cuatro semifinalistas, cuatro productores de talento
Alemania, Brasil, Argentina y Holanda tienen en común la producción contínua de jugadores de calidad que visten las camisetas de sus respectivas selecciones. El fútbol de ambas naciones suramericanas depente económicamente, en buena medida, de la exportación de talentos a otros mercados. Holanda se ha convertido en un sinónimo de fútbol hecho en casa; donde los nombres más conocidos, son canteranos de cada club. Alemania, por su parte, se convirtió nuevamente en potencia gracias a reformas que hicieron de su Bundesliga, una enorme máquina de producción de talento.
Por si no nos hemos enterado, Alemania goza de una cantidad superlativa de figuras de altísima calidad. Basta con mirar no sólo el once inicial, sino el banquillo de suplentes de los tetracampeones. Eso, contando que Marco Reus, Iklay Gündogan y Lars Bender fueron bajas forzadas.
Además, la cantidad de jugadores alemanes de calidad que domina los planteles de los clubes más importantes, más medianos y más chicos de la Bundesliga es considerable. FC Bayern y Borussia Dortmund, fueron la base de esta selección; Schalke, Gladbach, Hannover, apuntalaron las convocatoria.
El fútbol alemán se mueve al ritmo de una creación de talento cada vez más voluminosa; poniendo en boca de Europa completa nuevos nombres, que han sido la querencia de muchos. Hoy por hoy, todos los grandes de Europa piensan en teutones nuevamente como un must en sus alineaciones. Schürrle en el Chelsea, Khedira (y posiblemente Kroos) en el Real Madrid; Podolski, Mertesacker y Özil en Arsenal, ter Stegen en el Barcelona, Emre Can en Liverpool.
Aunado a los talentos propios, están los talentos internacionales cultivados en casa -véase las selecciones de Estados Unidos, Ghana, Turquía, por decir algunas-, así como potentes fichajes que los scouts germanos han traído a la palestra internacional -buenas porciones de las selecciones de Polonia, Corea del Sur, Japón, entre otras-. El fútbol de la Bundesliga ha dejado marcas en este torneo y en el fútbol en general, convirtiéndose en uno de los principales destinos de cazatalentos europeos.
Italia e Inglaterra: Liga a expensa de selección
No deja de ser curioso el estrepitoso colapso de ambas selecciones en este Mundial -viniendo ya de actuaciones bastante discretas en el 2010-. Deja de ser aún menos llamativo el hecho que sea en dos países que han invertido fuertemente en comprar talentos extranjeros, quitándole cupos a los propios.
Sobre Inglaterra, esto no suele dejarse al desconcierto y se asume como un problema; más que con Italia. Los números en Italia son igual de alarmantes. Ponemos unos ejemplos que pueden revelar qué ocurre en la Serie A en lo referente a este tema.
Con Inglaterra, ocurre algo similar:
El Mundial 2014 fue un primer reflejo de que, quizás, los tipos de países que invierten en talento propio son los que reinarán en el fútbol internacional a nivel de selecciones; no necesariamente porque sus jugadores sean menos habilidosos, sino porque no van a conseguir jamás camadas tan pobladas como las de los cuatro semifinalistas del toroneo en Brasil. Informarse y estudiar el éxito del modelo alemán es, probablemente, lo que termine dé las ideas necesarias para reanimar los fútboles de países tan contextualmente en luto como Italia e Inglaterra. Cuestión de abrir los ojos.
Fuente http://mibundesliga.com/2014/07/14/editorial-el-tetracampeonato-el-premio-un-modelo-de-desarrollo/
El gran y verdadero triunfo, no de Alemania, sino del fútbol, es que quien ganó, fue quien mejor ha sabido hacer de su liga, una liga económicamente saludable, donde priva la generación de estrellas domésticas por encima de la importación de superestrellas ajenas. Ese es quizás el todo más optimista de este Mundial (más que de esta final). Porque lo ocurrido a lo largo de este mes de buen fútbol, es un buen reflejo de qué ocurre a nivel nacional a consecuencia de los sistemas de liga de cada país.
Cuatro semifinalistas, cuatro productores de talento
Alemania, Brasil, Argentina y Holanda tienen en común la producción contínua de jugadores de calidad que visten las camisetas de sus respectivas selecciones. El fútbol de ambas naciones suramericanas depente económicamente, en buena medida, de la exportación de talentos a otros mercados. Holanda se ha convertido en un sinónimo de fútbol hecho en casa; donde los nombres más conocidos, son canteranos de cada club. Alemania, por su parte, se convirtió nuevamente en potencia gracias a reformas que hicieron de su Bundesliga, una enorme máquina de producción de talento.
Por si no nos hemos enterado, Alemania goza de una cantidad superlativa de figuras de altísima calidad. Basta con mirar no sólo el once inicial, sino el banquillo de suplentes de los tetracampeones. Eso, contando que Marco Reus, Iklay Gündogan y Lars Bender fueron bajas forzadas.
Además, la cantidad de jugadores alemanes de calidad que domina los planteles de los clubes más importantes, más medianos y más chicos de la Bundesliga es considerable. FC Bayern y Borussia Dortmund, fueron la base de esta selección; Schalke, Gladbach, Hannover, apuntalaron las convocatoria.
El fútbol alemán se mueve al ritmo de una creación de talento cada vez más voluminosa; poniendo en boca de Europa completa nuevos nombres, que han sido la querencia de muchos. Hoy por hoy, todos los grandes de Europa piensan en teutones nuevamente como un must en sus alineaciones. Schürrle en el Chelsea, Khedira (y posiblemente Kroos) en el Real Madrid; Podolski, Mertesacker y Özil en Arsenal, ter Stegen en el Barcelona, Emre Can en Liverpool.
Aunado a los talentos propios, están los talentos internacionales cultivados en casa -véase las selecciones de Estados Unidos, Ghana, Turquía, por decir algunas-, así como potentes fichajes que los scouts germanos han traído a la palestra internacional -buenas porciones de las selecciones de Polonia, Corea del Sur, Japón, entre otras-. El fútbol de la Bundesliga ha dejado marcas en este torneo y en el fútbol en general, convirtiéndose en uno de los principales destinos de cazatalentos europeos.
Italia e Inglaterra: Liga a expensa de selección
No deja de ser curioso el estrepitoso colapso de ambas selecciones en este Mundial -viniendo ya de actuaciones bastante discretas en el 2010-. Deja de ser aún menos llamativo el hecho que sea en dos países que han invertido fuertemente en comprar talentos extranjeros, quitándole cupos a los propios.
Sobre Inglaterra, esto no suele dejarse al desconcierto y se asume como un problema; más que con Italia. Los números en Italia son igual de alarmantes. Ponemos unos ejemplos que pueden revelar qué ocurre en la Serie A en lo referente a este tema.
- Solo 3 de los 10 jugadores más costosos de Juventus son italianos
- Solo uno de los 10 jugadores más costosos de Inter es italiano (excluyendo Argentino-italianos)
- Solo 3 de los 10 jugadores más costosos de la Roma son italianos
- Solo 2 de los 10 jugadores más cosotos de Nápoli son italianos
- Quizás el dato más alarmante: En ninguno de los rumores de más peso de estos 4 equipos con respecto a refuerzos para la temporada que viene, figura un italiano. (Transfermarkt)
Con Inglaterra, ocurre algo similar:
- No hay un sólo inglés entre los 10 más valiosos de Chelsea
- No hay un sólo inglés entre los 10 más valiosos de Manchester City
- Hay 3 ingleses entre los 10 más valiosos de Manchester United
- Sólo hay 2 ingleses entre los 10 más valiosos del Arsenal.
El Mundial 2014 fue un primer reflejo de que, quizás, los tipos de países que invierten en talento propio son los que reinarán en el fútbol internacional a nivel de selecciones; no necesariamente porque sus jugadores sean menos habilidosos, sino porque no van a conseguir jamás camadas tan pobladas como las de los cuatro semifinalistas del toroneo en Brasil. Informarse y estudiar el éxito del modelo alemán es, probablemente, lo que termine dé las ideas necesarias para reanimar los fútboles de países tan contextualmente en luto como Italia e Inglaterra. Cuestión de abrir los ojos.
Fuente http://mibundesliga.com/2014/07/14/editorial-el-tetracampeonato-el-premio-un-modelo-de-desarrollo/