Por ahí confundimos la pasión con la emoción en las personas que puede despertar el futbol, tal vez para un neoyorquino la pasión se vive sentado, con su hijo, comiéndose un hot dog mientras mira a los Yankees (ojo, esta imagen no tiene nada de diferente al publico de Old Trafford, Stamford Bridge, Emirates y varios estadios de la mejor liga del mundo) y no “aletando” todo el partido como la 12.
Y lo que pasa es que el béisbol tiene muchisímas interrupciones por naturaleza propia del juego en sí; depende mucho de los técnicos, de lo que se juegue, altura de partido, etc... Hay manager (técnico) que apenas le dan dos hits seguidos al lanzador y manda al coach de picheo para que hable con el lanzador y si le meten otro hit, o le da boleto al bateador de turno, sale el propio manager y trae a un relevista; ni hablar de cada vez que los lanzadores se toman tiempo entre lanzamientos, lanzar a las bases para recojer a los corredores en circulación, por ahí un infield se acerca al lanzador para preguntarle la hora, es decir, un sin fin de interrupciones y ningún hincha o fánatico va a aguntar 3-4 horas cantando y saltando, como se ve en los partidos de fútbol.
Por eso digo, a su manera, los fánaticos demuestran su pasión... Muchos también hacen horas de colas para conseguir una simple entrada para un juego, muchos dejan de hacer cosas importantes, para ir a ver un juego de béisbol (seguimos con el ejemplo de béisbol), muchos hasta empeñan el alma, sólo para conseguir el dinero para poder ir al parque de pelota.
Con lo que dijo Bielsa creo que no se refiere a "en el futbol todo puede pasar", para mi se refiere a otra cosa y la verdad yo no la puedo explicar mejor que él.
Y para los entendido de béisbol, bien sean fánaticos, periodistas o técnicos con años de experiencias, diran algo similar a lo que dijo Bielsa, pero con el deporte de que los apasiona...
El béisbol, al igual que el fútbol y como cualquier otro deporte, está lleno de historias, de grandes jugadores, de grandes momentos, de estadios que son considerados catedrales, de momentos oscuros, grandes hazañas, grandes decepciones... La diferencia es que el béisbol no está globalizado como lo está el fútbol, de hecho, ningún otro deporte goza de una globalización como el fútbol.